miércoles, 2 de julio de 2008

De la luna al fuego

Me gusta observar las manos de los artesanos mientras trabajan; parecen las manos más trabajadas, no por deterioradas, sino por la flexibilidad, habilidad, la delicadeza con la que trabajan su material... El fin de semana pasada estuve en el mercado del siglo de oro de zafra, de él como siempre me traje buenos ratos compartidos con un montón de artesanos, todos con algo en común, esa forma peculiar de entender la vida, de vivir, de ver las cosas y por supuesto mucha observación. Varios de ellos se habían traído trabajo para hacer y se podía uno tirar el tiempo muerto en contemplar como trabajan y mueven sus manos creando auténticas "joyas".
Conocí a una mujer de Salamanca que hacía tapices, calcetines de lana y carneritos de peluche... con los que hicimos un trueque. Una pareja de Rota que hacían cosas con palma, bisutería, bolsos, con ellos conversé mucho, la situación, las ventas de la feria, por donde nos movíamos cada uno, sobre la palma, la planta, la necesidad de cuidar la extracción, los permisos...
Otra chica de Valencia, con juegos y juguetes. Una extremeña criada en Francia, y con un acento que recordaba a un extremeño con portugués y alguna consonante francesa, que hacía unos pasteles... para chuparse los dedos y hasta los codos...

No hay nada que merezca más la pena que las personas que participan en estas ferias,... cantidad de amigos que quizá no vuelvas a ver nunca más; pero que cuando estás con ellos, puedes hablar de todo y cuando vuelves a coincidir con alguno... en cualquier otra parte... te llevas una gran alegría. Ahora mismo recuerdo a Paco de Rute, a Juani de Talavera de la Reina, a Julia y Gabriel de Portugal, a Isilda también de Portugal, a Victoria de Valglasay.... qué buenos recuerdos.



Por todos ellos y por el reencuentro.



No hay comentarios: