martes, 28 de octubre de 2008

El taller de Katy



















El taller de Katy ha sido el escenario donde, durante todo este fin de semana hemos: probado, aprendido, compartido, "puteado" cerámica y un largo etc. Para mí, que era la única que no era ceramista, que en mi vida he pasado más allá de enredar con un poco de arcilla, ha sido maravilloso. El descubrimiento de los entresijos de otras disciplinas es una carga de material para las pruebas y las "maquinaciones", si es que estas pueden existir.



Compartimos fatigas veteranos como Tino y Antonio, otros en proceso de aprendizaje como Susi, Homaira, el gran químico Santi y todos los demás.Yo, que por no conocer no conocía ni los términos, sigilatas, chamotas y otros palabros los aprendí durante estos días. En realidad, tenía curiosidad, iba por verlos trabajar y acabaron enseñándome entre unos y otros, qué era esto y aquello, y qué ibamos haciendo, mostrando su oficio con la pasión que sienten.

Y entre nosotros Katy, la infatigable Katy con su temperamento, llamándonos al tajo o al orden con un "atienda señores", la maga de las llamas, del control más incontrolado que yo he visto. Porque al fin y al cabo eso es el RAKÚ una técnica incontrolable, a merced de los abatares de la temperatura del horno, del estado de los esmaltes, del tiempo de reducción, del contraste de la temperatura y de tantas otras cosas. Ella se mueve entre su materia como el propio pez en el agua, reconociendo su limitación para el control, aceptando la cantidad de piezas rotas, sin resultados o bellísimas que pueden salir del proceso.





Todo acompaña, el lugar de su taller, su perra Luna, sus incondicionales, el patio de su casa, el jardín y hasta su barbacoa.



En cada pedacito de barro refractario, con pruebas de toda clase que traje anoche de Mérida, veo reflejada la cara del fuego, del rojo del horno abierto a máxima temperatura... y su cara de maga de las llamas.
Gracias no es la palabra por todo lo descubierto, Katy pero en realidad no conozco otra. Sobre todo por ese pedacito para rellenar y vivir la felicidad.



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