Mis estanques son de colores. Tengo tantos como ellos: azul, verde, rojo intenso, naranja.... En sus aguas me sumerjo, floto, me hundo, nado, vadeo, cruzo, toco fondo.
Cuando me quito las lentes todo vuelve a ser profundamente azul y oscuridad y de esas aguas brota mi ser: solo, único, sensible y quebradizo, pero ahí está.
Ya no hay tensión, sólo yo, sólo AGUA.
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