lunes, 21 de febrero de 2011

Cabañas del Castillo. Las Villuercas. Extremadura


Lo más que me había acercado a las Villuercas era de camino a Madrid, pasando por el puerto de Miravete y dejando a un lado una salida: A Deleitosa. Extremadura es inmensa, y no sólo eso, si no que allí donde pones el ojo cambia el matiz en algo: el paisaje, la vegetación, la altitud, las poblaciones, las construcciones, las costumbres, la cultura, etc. Y en esa inmensidad todo es descubrimiento, y hasta sorpresa.



En Cabañas del Castillo hay 23 habitantes, un pueblecino en lo alto de una roca de cuarcita, vecina de otra donde habitan una gran cantidad de buitres: la peña buitrera. Del lado de la solana: la dehesa, un enorme mar de encinas y alcornoques y entre los valles el agua que corre, deja el reguero de la luz reflejada del sol.
Del lado de la umbría, las Villuercas puras, todos los picos, los montes.
Una perrita hace de guía hasta el castillo, Jesús, un vecino de 73 años explica que ella acompaña siempre a los caminantes y que nos muestra la senda si la dejamos.





En el cielo siempre las nubes, y entre ellas los buitres leonados planeando las corrientes de aire...

No hay comentarios: