miércoles, 24 de marzo de 2010

Como en un mandala.

Los días se llenan de cosas que hacer, pasan las horas, las semanas rápidamente sin apenas darme cuenta.
A veces con esa sensación del agua entre los dedos, que se escapa con demasiada celeridad.
La primavera colorea los campos con manchas de colores. Los alfileres ó los relojitos con sus manchas rosas, los cantuesos a punto de caramelo y no digamos las jaras que ya no tardarán en mostrar sus motas de nieves dispersas.
Terminamos la clase de yoga con una relajación, un pensamiento positivo: serenidad.
Me envían un test... con un deseo: serenidad.
Todos mis deseos se centran en eso: serenidad y ubicación. Y tiempo para centrar mi trabajo.

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