martes, 19 de enero de 2010

Otra mirada

Aquí la empatía o la filantropía se siente con nombres y apellidos, Antonio viene todos los días a comprar su pan sin gluten, contento porque ya no tiene que gastarse 60 € semanales en darles de beber a sus borregos,(le traían una cisterna todas las semanas por la sequía), ni se preocupa porque las paridas tengan suficiente hierba para comer y criar a sus borreginos. Otros se quejan amargamente de las pérdidas de la aceituna(que en muchos casos representan la inmensa mayoría de sus ingresos anuales), en algunos casos de cómo más de la mitad de la cosecha está en el suelo, de que sus olivares son lodazales de donde ni siquiera se pueden recoger de allí...: te hundes hasta las rodillas, eso si antes no te has "atollado" en el camino y a tenido que venir a rescatarte algún amigo con su tractor...
Las carreteras están llenas de huellas de barro hechas por los tractores y remolques, que cuando pasas sobre ellas golpean en los parachoques...
El agua es muy beneficiosa para unos y muy jodida para otros, como todo, sólo que las miradas son directas, nos conocemos y de algún modo... nos consolamos. Al final siempre suele haber patatas, ó habas, o lechugas o tomates, o los tenías tú o alguien te los dio.
Es el campo. Es lo rural

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