martes, 10 de febrero de 2009

Un Fragmento.

"... Conservo un recuerdo tan vivo de aquel parque, de aquel lento, largo y callado paseo por senderos flanqueados de blancura suntuosa, que nada podrá borrarlo de mi memoria. Despacio, muy despacio, sabiendo que nadie estaba esperándonos para incorporarnos a sus días llenos de sobresaltos y vacíos, sin apenas transición. Sin que nadie nos reprochara por qué llegáramos tarde a alguna imaginaria cita. Sin tener la obligación de explicar -a oídos, por otra parte, totalmente desinteresados del asunto- qué habíamos hecho, en qué habíamos perdido el tiempo. El precioso tiempo de ellos, no nuestro silencioso vagar por senderitos bordeados de parterres blancos y árboles desnudos, con los negros brazos alzados a un cielo de aluminio. Avanzábamos así, en el mágico silencio que despiertan los parajes nevados. No sé cuánto tiempo duró aquel deambular sin rumbo, sin la obligación de llegar a alguna parte; sólo así, caminando, despacito, mi mano dentro de su mano, en el aterciopelado silencio de la nieve.
Y entonces sentí un gran deseo de comunicar la paz o la felicidad, esa peligrosa palabra que no debe pronunciarse y que de pronto había llegado a mí. Pero sólo se me ocurrió apretarle la mano. Lo hice una sola vez, y casi al instante él me devolvió el apretón: y lo hizo dos veces. Los dos mirábamos hacia el cielo casi blanco y con otro apretón de manos volví a decirle que le quería. Me respondió de la misma forma. Creo que nunca, ni antes ni después, he mantenido con nadie una conversación más íntima, más explícita. Ni tan bella. Aquel parque solitario, aquel hombre y aquella niña solitarios, aquel vagar sin rumbo y aquel silencio. Un parque sin gentes, cubierto de nieve, un estanque de cristal , y la ausencia de palabras, y de ruidos -si hubiera caído la última hoja del último árbol de invierno, la habríamos oído- para no romper la conversación muda que habíamos inventado entre los dos, mano a mano.
Papá se detuvo frente a un árbol muy grande. No recuerdo su nombre, pero sí sus largas ramas desnudas y negras contra el resplandor del cielo."

Paraíso inhabitado. Matute.

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