martes, 20 de mayo de 2008

A modo de llegada

Ya pasó la floración, la lluvia ha acelerado la corta duración de las flores en las jaras de mi sierra, es una flor delicada, de pétalos sensibles pero sin embargo sus semillas necesitan del calor tórrido o del fuego para germinar... así es en esencia Extremadura: extrema, dura pero con todos los colores: los de las montañas, los de los valles: rojos cereza, negras pizarras; los del llano amarillos pajizos, verdes de siembra, de espigas de avena, trigo, centeno...; los de las plumas de las aves que surcan el cielo: cenizas, negros, brillantes.
Desde una atalaya morisca escribo, siempre me gustó compartir lo escrito, no por el valor de mis palabras, sino por compartirlas con amigos que vienen a aportar ideas, puntos de vista...
La bitácora electrónica me ha sorprendido gratamente por todo lo que he ido encontrando por el camino de la red.
Al final ¿qué más da el método que usemos? para mí, la escritura manual no es sustituible, pero la velocidad de llegada del cartero merece la pena. (también tenía mucho morbo esperar impaciente durante días una carta y corretear al buzón para ver si llegaba la misiva deseada).

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